Myself
Respiración. Silencio. Respiración. Silencio. Respiración…
Ahora que has vuelto, y que estas aquí sentada, muy cerca de mi, que casi puedo oler tu respiración, y escuchar el movimiento de tu pelo. Ahora que desde esta mínima distancia, soy capaz de leer cada arruga de tus labios. Ahora, mas mayor, crecida, superviviente, permíteme que te recuerde lo que acordamos.
Dijimos, pensamos y juramos no dejarnos comer .No comernos.
Sentir las cosas con paciencia, según van llegando, dejando que entren, que se paseen, y que después, usadas, se marchen.
Pensar siempre iluminadas, y dejar que esa luz del pensamiento nos ilumine.
Extendernos, por el mundo, sin miedo, como una plaga. Entrar en cada una de las casas del planeta, aspirar su aroma, nutrirse de su energía, y dejarlas atrás.
Prometimos no llorar, no gritar, no estar asustadas, y no sentir dolor. Fue una promesa firme.
Escribimos cientos de notas con las propuestas para una vida mejor, y las quemamos, todas, en un fuego tenue que iluminaba la habitación, con luz roja.
Escuchamos cada crítica, la asumimos, la masticamos, la tragamos, la deglutimos, y finalmente, la vomitamos.
Después de hacer estas cosas, después de esa noche tormentosa en la que decidimos empezar a vivir, todo empezó a marchar bien aquí dentro. Las cosas estaban limpias, claras y eran puras.
Por eso, ahora que volvemos a vernos, ahora que sabes que todas esas cosas tienen que hacerse, ahora, es el momento de que nos las comamos, para que así, estén dentro para siempre, y nada consiga hacernos olvidarlas.
Te invito, empecemos ahora.
Ahora que has vuelto, y que estas aquí sentada, muy cerca de mi, que casi puedo oler tu respiración, y escuchar el movimiento de tu pelo. Ahora que desde esta mínima distancia, soy capaz de leer cada arruga de tus labios. Ahora, mas mayor, crecida, superviviente, permíteme que te recuerde lo que acordamos.
Dijimos, pensamos y juramos no dejarnos comer .No comernos.
Sentir las cosas con paciencia, según van llegando, dejando que entren, que se paseen, y que después, usadas, se marchen.
Pensar siempre iluminadas, y dejar que esa luz del pensamiento nos ilumine.
Extendernos, por el mundo, sin miedo, como una plaga. Entrar en cada una de las casas del planeta, aspirar su aroma, nutrirse de su energía, y dejarlas atrás.
Prometimos no llorar, no gritar, no estar asustadas, y no sentir dolor. Fue una promesa firme.
Escribimos cientos de notas con las propuestas para una vida mejor, y las quemamos, todas, en un fuego tenue que iluminaba la habitación, con luz roja.
Escuchamos cada crítica, la asumimos, la masticamos, la tragamos, la deglutimos, y finalmente, la vomitamos.
Después de hacer estas cosas, después de esa noche tormentosa en la que decidimos empezar a vivir, todo empezó a marchar bien aquí dentro. Las cosas estaban limpias, claras y eran puras.
Por eso, ahora que volvemos a vernos, ahora que sabes que todas esas cosas tienen que hacerse, ahora, es el momento de que nos las comamos, para que así, estén dentro para siempre, y nada consiga hacernos olvidarlas.
Te invito, empecemos ahora.
3 comentarios:
Al espejo ambiguo de la existencia, los demonios que desean salir en estereotipos, schizophrenus a vitae morfa, las reliquias de un soliloquio...y los cristales, finas y afilados vidrios como esquirlas a la realidad...
saludos...
encontrarse... salir corriendo por la madrugada y antes del sol llegar a la orilla de los límites para decirnos... qué, quiénes somos... pero qué va¡ nada de eso es cierto... tan obvia que resulta la vida, tan fácil que resultan ciertas cosas... si la mente mira más allá, de las excusas que nos regalamos como molinos de vientos...
o simplemente bueno volverte a leer.. no te "pierdas"... entre el magnetismo del norte.
volviste.. que bueno pensé que habías muerto.. de hecho lo estabas? buena por el cambio
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio