Creer y mentir
No creo en Dios, ni en la Navidad, no creo en la magia, ni en la imaginación.
No creo en ti, no creo en ti, no creo en ti.
Al no creerme nada, acabé quedandome vacia, totalmente hueca, y el vacio de mi interior no pudo oponer resistencia a tus mentiras. Así que, me las creí todas.
Desde que medias 2 metros y tus ojos eran del color del cielo, hasta que podias leerme la mente y no sentias dolor ante nada.Todo, y no hice fuerza contra ellas.
Creí que era de verdad, que estaba limpio, que me gustaba. Tus mentiras se convirtieron en mi droga, y creer en mi existencia.
Germinaron dentro de mí hasta que se hicieron con el poder de mi cuerpo, creían que podían conmigo. Si, las mentiras también tienen creencias.
Y realmente pudieron, es más, yo misma las fui alimentando con más mentiras de mi propia invención solo para mantenerte con vida. Solo para no matarte.
Lo jodidamente triste es que me hacían feliz, y llegó un momento en que ni siquiera necesité de tus mentiras y con las mias me valía. Yo misma me mentía.
Pero a veces la realidad es más grande que cualquier tipo de mentira, y la de anoche fue brutal, fue una verdad sincera y repugnante que me hizo dejar de mentir, y de creer.
Y sin creer, y sin mentir...llegó tu fin. Sin creer y sin mentir...ya no había excusas para tu existencia. Sin mentiras ni creencias caí en picado y me olvidé de todo lo de ahí arriba. Entre otras muchas cosas, tu mismo.
Así, sin mentiras, sin creencias...y sin ti..dejé de salir.
No creo en ti, no creo en ti, no creo en ti.
Al no creerme nada, acabé quedandome vacia, totalmente hueca, y el vacio de mi interior no pudo oponer resistencia a tus mentiras. Así que, me las creí todas.
Desde que medias 2 metros y tus ojos eran del color del cielo, hasta que podias leerme la mente y no sentias dolor ante nada.Todo, y no hice fuerza contra ellas.
Creí que era de verdad, que estaba limpio, que me gustaba. Tus mentiras se convirtieron en mi droga, y creer en mi existencia.
Germinaron dentro de mí hasta que se hicieron con el poder de mi cuerpo, creían que podían conmigo. Si, las mentiras también tienen creencias.
Y realmente pudieron, es más, yo misma las fui alimentando con más mentiras de mi propia invención solo para mantenerte con vida. Solo para no matarte.
Lo jodidamente triste es que me hacían feliz, y llegó un momento en que ni siquiera necesité de tus mentiras y con las mias me valía. Yo misma me mentía.
Pero a veces la realidad es más grande que cualquier tipo de mentira, y la de anoche fue brutal, fue una verdad sincera y repugnante que me hizo dejar de mentir, y de creer.
Y sin creer, y sin mentir...llegó tu fin. Sin creer y sin mentir...ya no había excusas para tu existencia. Sin mentiras ni creencias caí en picado y me olvidé de todo lo de ahí arriba. Entre otras muchas cosas, tu mismo.
Así, sin mentiras, sin creencias...y sin ti..dejé de salir.
2 comentarios:
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Si no vas decirme tu nombre al menos dime tus iniciales, y la mentira que no es una droga letal será menos leve, quién sabe al final los efectos del credo reprimen un sueño deletreando los mismos dardos vevenosos de dulzuara.
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