Fue casi al comenzar

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martes, marzo 20, 2012

Amargo

-Le falta sal
-¿Sal?
-Y vinagre
-¡Pero que dices!

Has cogido la botella de vinagre en un momento de descuido y se la estás echando por encima. Al principio ha hecho ademán de resistirse, pero en cuanto la primera gota del ácido ha caído en su cuerpo se ha ha recostado y se está dejando hacer...como por costumbre.
Cuando está totalmente empapada..has acabado el liquido. Vuelves a poner el tapón y dejas la botella en su sitio. Te acercas, hueles el ambiente, la observas, su ropa empapada ahora parece ser negra. Sonríes. Suspira. Te acercas muy despacio, te diriges a su cuello. El liquido baña toda su piel. Por fin. Ahora si. Sacas la lengua y chupas el vinagre con hambre. Ella cierra los ojos. Sabe que lo necesitas.

-Perdón. Estaba jodidamente hambriento. Esquelético.

Se ha levantado, se está cambiando la ropa. Su piel está limpia y brillante gracias a ti. Te mira mientras se seca el pelo. Sus ojos mandan.

-¿De qué? ¿De hacer daño verdad? ¿De amargar todo lo que tocas no?

Otra vez...Dejas caer la cabeza para atrás. Su inconsistencia te está volviendo loco. ¿De que se queja? Le contestas:

-De quererte

Se calla. Sus ojos vuelven a mandar. Pero ahora la orden es diversa. Se te acerca (aún huele un poco a vinagre) te rodea con sus brazos, su pelo húmedo...te besa.

-¿Estas bien? ¿Quieres algo más?

Pregunta mirándote fijamente a los ojos.

-De momento no. No puedo pedir más.