Fue casi al comenzar

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sábado, abril 25, 2009

"Somos carne comestible"









Bacon

sábado, abril 18, 2009

Colores y esperanzas, el vicio.
Amores y desgracias, el vacio.
Soles y flores, daños y dolores, muertes y pájaros.

Son las horas más dificiles, en las que no puedo pensar en nada. Cuando anochece.
No puedo ver, ni pensar, ni callar.

Amigos, iconos, plastilina y mierda. Mierda y hierba. En tus manos. Has hecho la voltereta y te has llenado de tierra. Ven, que te limpio.

Mar salada y arena caliente, y manos pegajosas, y cuerpos brillantes, y cuerpos tristes, y lluvia en la cara. Y la boca, en la cara, grita. Grita tu nombre, Horacio. Si, es Horacio.

Y te pican los ojos, es de la sal y del sol y de la canción. De la canción. Y lo peor es que no te la sabes, porque en realidad no la soportas. No eres capaz de escucharla entera, porque la primera frase te destroza. Te da tanta pena que te destroza.

Cantemos, saltemos, follemos. Salgamos al patio y corramos entre los demás, con los brazos estirados, al viento, y volemos, y caigamos. De morros Horacio, contra el suelo. De lleno.

Es la luz, la de tus pupilas, que son transparentes y que absorben todo lo que tocan, absolutamente todo. Se lo tragan, cae al fondo, al interior de ti mismo.

Y es el final, porque ya no hay luz, y en tres minutos ya no se podrá pensar, ni escribir, ni vivir. Así que, fin.

EL VACÍO

EL VACÍO me llena, coño.

Es quién me dice las cosas bonitas que a tí se te olvidan. Y es quién me cuida cuando tú ya te has ido.

EL VACÍO, me ciega.

Porque cuando le veo subido al escenario cantando tus canciones, gesticulando como tú haces, no puedo resistirme y me lanzo hacia él, me lanzo al vacío.
Y lo más gracioso es que el tio me recoge. Estira los brazos y espera a que caiga justo encima de ellos, entonces los cierra en torno a mi cuerpo y aprieta fuerte. Me deja sin respiración y se nubla mi vista.

EL VACÍO ocupa.Ocupa tu espacio.

Te lo quitó una mañana nada más levantarte de la cama, y de ahí no se ha movido. Está frío, pero es más cálido que tú. Ahí está, todos los días y a todas horas. El Vacío en el hueco de mi cama.

Es listo EL VACÍO.

Porque sin pronunciar una sola palabra, me dice mil cosas a la vez, todas de golpe y en silencio.
Cuantísimo me gustan las conversaciones con él, siempre me gustó hablar en silencio.

EL VACÍO me necesita. O eso creo.
Porque nunca se separa de mí. Me persigue a donde vaya, de manera incondicional. Yo creo que me ama.

Sí, EL VACÍO me ama. Porque es justo cuando pienso en tí cuando más le noto, a mi lado, sosteniéndome. Y el nunca se va.

¡Qué grande es EL VACÍO!